¿Qué educador quiero ser?


Gabriela Bahamondes Ortiz


Al ingresar a la Universidad se nos habla constantemente que la educación es una de las principales formas de propiciar cambios en la sociedad, siendo clave para generar un mayor desarrollo y crecimiento del país mediante el famoso capital humano que pueden alcanzar las personas, muy personalmente comparto dicho pensamiento y creo que tanto profesores, como la comunidad educativa en general, son idóneos para tales fines.

Muchos aseguran que los líderes en el proceso de educación son únicamente los docentes, que en ellos recae la responsabilidad del aprendizaje de los alumnos y que la selección de ellos es trascendental para un proceso de enseñanza exitoso en donde las principales características que deben poseer deben estar basadas en las aptitudes, personalidad e intereses que estos tengan. Muy contrariamente, también se expone que la educación no depende de las características del docente, sino de la manera como se ensaña, es decir, el rol de la enseñanza pasa a ser más importante que el docente en si mismo,  es así como Benjamín Bloom dice que “las características del profesor tiene muy poca relación con el aprendizaje de los alumnos”, aun que difiero un poco de esta afirmación, lo que Bloom quiere expresar es que, no basta con el docente, si no con el conjunto de actitudes que él implica.

Es por esto que debemos tener en claro que la educación no solo es propia de la escuela, en donde están inmersos los docentes, sino que el desarrollo de esta en su totalidad, o casi todo lo que aprendemos, se lleva a cabo en el sistema social en donde también encontramos a la familia y comunidad, y donde la escuela pasa a ser sólo un subsistema de la sociedad. Es por esto que J.A. Jungamann dice que “la educación es un proceso de introducción a la realidad”, me parece que esta cita nos afirma que la educación está ligada a la realidad de sus educandos, y dentro de esa realidad encontramos a la comunidad, familia y escuela, siendo esta última adaptada a la situación del entorno para lograr un aprendizaje más significativo y adecuado en sus educandos, y así estar más cerca de una enseñanza efectiva.

Pero ¿qué podemos hacer, como futuros educadores, para lograr un mayor aprendizaje en nuestros alumnos?, me parece que en nuestra sociedad son muchos las personas que ejercen como docentes sin estar realmente comprometidos con esta hermosa profesión. Para ellos el pensar en cumplir todo lo que el establecimiento les exige basta para lograr los objetivos y expectativas de los alumnos, sin darse el trabajo de buscar y conocer las experiencias e intereses de estos. Son tan pocos los profesores que hacen valer las experiencias previas de sus alumnos, los cuales repercuten en la calidad o tipo de aprendizaje que estos reciben. ¿Cómo hacer entender a estos educadores que lo que más prima en el aprendizaje es la búsqueda de los sentidos? , los sentidos, a los cuales otros denominan significado, motivación o experiencias vitales, sólo son comprendidos y hallados por los profesores eficaces, ellos son los que logran percibir que el aprendizaje pasa a ser un proceso individual, ya que los sentidos no son siempre los mismos para todo un grupo, cada individuo busca su sentido, y es aquí donde vemos la deferencia entre los bien mirados comprometidos (alcanzan el sentido) y la gran mayoría, además de mal mirados, cumplidores.

Al ver al alumno como un ser integral, es la única forma de lograr un aprendizaje eficaz, y al ser claros en esto, es como lo intereses irán ligados a metodologías atractivas de aprendizajes, en donde puedan llevar a cabo un aprendizaje activo, es decir, aprender haciendo.

Para lograr una educación de calidad, basada en los intereses del niño o niña,  debemos alejarnos de los pensamientos insensibles y poco comprometidos de los establecimientos principalmente municipales, los cuales no se comprometen con la educación. Además de tener siempre presente que nunca terminamos de aprender cosas nuevas, por tanto el no creernos dueños de la verdad y el ser capaces de aprender de nuestros alumnos y alumnas nos hace crecer como futuros profesionales, además de darnos cuenta que la educación siempre va a ser un proceso social en don “nadie educa a nadie, todos educamos a todos” celebre frase de Paulo Freire

Dado lo anteriormente expuesto, es que mi visión del Docente que deseo ser, es aquel que en la adversidad sabrá velar por entregar una mejor calidad de educación sin importar las trabas burocráticas, ni el sistema en el cual muchas veces nos vemos como profesores, inmerso, ya que nuestro futuro, tal ves no inmediato, pero nuestro futuro como país muchas veces comienza en nuestras aulas, con los niños que formamos, con aquel pequeño que viene a preguntar con mucha timidez si puede responder en el cuaderno lo que esta escrito en la pizarra. Me comprometo a no perder de vista el niño que soy, el niño que llevo dentro, el niño que fui y que no deseo perder bajo un estatus simplista llamado “adulto” para siempre tener presente que son los niños y niñas y para ellos quienes trabajo, que por amor a esas manitos sucias es que un día dije, -sí, esto es lo que deseo hacer siempre-”, esa es la visión que de profesional que busco dentro de mi, alguien que respete las diferencias individuales y que sepa valorar los mínimos comunes, es pos de una mejora del grupo curso, o tal vez de la comunidad en general, nunca se sabe hasta donde nos puede llevar nuestros sueños y sobre todo nuestra vocación.

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